Cerramos el último miércoles del mes de Octubre con Patricia Santos y sus ‘ahijadas’, el equipo Infantil A.
Comenzaron las presentaciones aunque ya se reconocían, las futuras estrellas de Zalaeta son habituales en las gradas los sábados que el equipo de Superliga 2 juega en casa, así que, al menos de vista, nuestras protagonistas de hoy ya sabían quienes eran. Además, los lunes se cruzan por los pasillos del pabellón cuando un equipo sale y el otro entra, por lo que el primer acercamiento de estas dos categorías estaba más que hecho.
La colocadora comenzó explicando su trayectoria deportiva en el mundo del voleibol, habiendo comenzado a jugar a una edad más temprana que a la que lo hicieron sus ahijadas, Patri daba sus primeros toques en 3º de primaria en el Colegio Liceo La Paz, un reconocido club en el voleibol de A Coruña. La actividad extraescolar pronto se convirtió y hobby, para después convertirse en pasión, los años iban pasando y el voleibol seguía teniendo sitio en la vida de Patri, tanto es así que hoy, 20 años después, lo sigue teniendo. Pasó por todas las categorías de base del Liceo hasta que cuando finalizaba su último año de categoría infantil, categoría en la que militan las otras protagonistas de hoy, tuvo que dar un paso en busca de otro club que le aportase continuidad a largo plazo. Fue ahí, en cadete de primer año, cuando Patri recaló en las filas del Zalaeta. Hace 12 años que va convocada con el equipo de Superliga 2, aunque como bien les contaba a sus oyentes, su protagonismo e influencia en el equipo no tienen nada que ver, las fases deportivas han ido cambiando, comenzando como mera acompañante y llevadora de aguas de sus compañeras a desempeñar un papel importante en el actual equipo.
Cada una de las jugadoras infantiles le hizo una pregunta a Patri, sus inquietudes relacionadas con la compatibilidad del voleibol con los estudios, trabajo y la vida en general, ocuparon gran parte de las preguntas, siendo una respuesta común, compaginar y esforzarse en el equilibrio de todas las cosas que queremos hacer en nuestro día a día.
Por último se establecieron unos objetivos de trabajo para los próximos dos meses que ocupan cada una de las acciones del voleibol, llegando a un consenso entre todas las jugadoras, ha quedado claro qué tienen que mejorar para que Patri les de su aprobado y un regalito de Navidad.
Mientras ambas categorías trabajan en sus objetivos particulares, madrina y ahijadas no perderán el contacto y siempre que sea posible las dos partes irán a ver jugar a la otra para animarse.